¿Tendré las santas narices de haber pasado todo 2022 sin publicar y escribir una entrada de fin/entrada de año?
Tendré las santas narices de haber pasado todo 2022 sin publicar y escribir una entrada de fin/entrada de año.
Completan la variedad del menú, con una sesión cada uno, Cultos Innombrables, La Llamada de Cthulhu, Dishonoured RPG, y la rareza del año, Acción Mutante.
Cuatro sesiones han sido vía plataformas online, las cuatro de Mascarada con mi sobrina. Con mis grupos habituales de juego esta opción ha quedado relegada con el decaer de la pandemia.
He anotado nueve entradas en mi censo de libros roleros, siendo las principales de ellas Dishonoured JdR, Berlín: Ciudad depravada para Cthulhu 7ª (pero que jugaría con las versiones anteriores que tengo) y Mechatron para Mutant Year Zero. Por contra, han abandonado mis estanterías seis títulos, entre los que se contaban los básicos de 2ª edición de Vampiro y Hombre Lobo, y Testament para D20.
Tenía la sensación de que había sido sensiblemente peor, pero a tenor de las cifras, creo que no puedo quejarme. He aquí la importancia de los datos, que nos permiten colocarnos en la posición correcta para tener la mejor perspectiva.
Aquí toca, por primera vez, abrir un nuevo melón, y es el tema de los wargames. He jugado 15 batallas de Star Wars Legion este año. Eso hace un un sólo año más que en quince de seguidor de 40k. A futuro, Gaslands, Xwing y Kill Team me están esperando, vereos si tendrán que seguir haciéndolo por mucho tiempo o no.
Y ya está. Por supuesto, cero entradas del blog en 2022, y pocos proyectos para él. Pero aquí seguirá.
Feliz año nuevo para quienes paséis por esta biblioteca rolera.