lunes, 17 de febrero de 2020

Cuidados del libro - Almacenaje

Nota del Bibliotecario: Este fin de semana he tenido que bajar al trastero y hacerlo me ha traído a la memoria esta entrada, la tercera que escribí en su momento sobre cuidados del libro. Revisada, corregida y aligerada, la comparto con los usuarios de esta biblioteca.

Entrada originalmente publicada en Fragmentos de Rol

El almacenaje de libros fuera su espacio ideal - el cual, por si alguien lo duda, son nuestras estanterías - es un momento incómodo para la mayoría de los que sentimos afinidad con los libros. Existe un pequeño sentimiento de lealtad traicionada cuando decides que ese libro que te hizo pasar un buen rato y que has visto ahí, en su sitio durante años quizá, debe acabar sus días en una caja en el trastero. No quieres renunciar a tenerlo cerca, puede que por esa lealtad mencionada, por su valor como objeto de colección, o símplemente a causa de ese gen diogenético que tenemos prácticamente todos los seres humanos y que nos impulsa a acumular cosas "por si acaso" o por apego. Quizá te haya pasado por la cabeza durante un segundo la idea de donarlos pero... no, mejor no. Igual los lee mi hijo. Igual los releo yo algún día. Así que al trastero.

Una vez decididos a ello, hay algunas cosas a tener en cuenta y ciertas precauciones básicas que, con poca inversión de tiempo y trabajo, podemos tomar para evitar su deterioro:

Limpia los libros antes de guardarlos

Esto es muy pro... con un trapo vale
Y diréis "¿Para qué?. Si los voy a bajar al trastero". Pues precisamente porque dos importantes enemigos de la conservación de los libros son la suciedad y el polvo. Guardandolos limpios te aseguras de que se almacenan en buenas condiciones y que no se llevan consigo suciedad que pueda estropearlos dentro de sus cajas.

Estanterías abiertas

Siempre es mejor tenerlos en estanterías abiertas y sin puertas para que circule mejor el aire, aunque vayan a estar metidos en cajas de cartón. Yo utilizo estanterías metálicas de tipo industrial, que además resisten mejor que las de madera problemas como la humedad y no la transmiten a las cajas ni a su contenido.

¿En cajas o sueltos?

Bueno, a este respecto existe disparidad de criterios. Hay quien afirma que es mejor que estén como en una estantería de casa, al aire, para que el papel respire, y porque así también sirve de decoración para el trastero. Personalmente no entiendo por qué querría tener decorado un trastero. Pienso también que es mucho más probable que así se llenen de polvo y suciedad -no conozco mucha gente que limpie el polvo periódicamente de su trastero, pero igual el raro soy yo - por lo que prefiero emplear cajas. Lo ideal es utilizar cajas de cartón libres de ácido y lignina, dos compuestos que a la larga son dañinos para el papel. Suena como muy exótico pero las podéis encontrar en muchos almacenes de papelería. También es recomendable que las cajas no sean muy voluminosas ni tampoco que se llenen hasta arriba para evitar dos cosas: que pesen mucho, y que los libros se aplasten entre si. Si son todas de las mismas dimensiones será más fácil tenerlas bien ordenadas y apiladas si es necesario (aunque no lo recomiendo). Y por último no dejéis de cerrar con cinta de embalaje todas las aberturas de la caja. Cualquier rendija abierta es una invitación para el polvo en suspensión y la entrada de humedad.

Dicho esto, si seguís prefiriendo no usar cajas, os recomiendo al menos cubrir la parte superior de los libros con un paño que tape toda la hilera, para que en la medida de lo posible el polvo no se deposite sobre ni entre sus páginas.

No apiles los libros, mejor en vertical

Como la idea es que las cajas no estén totalmente llenas, podemos aprovechar para colocar los libros de la mejor forma posible, que es en vertical. Probablemente entrarán menos que tumbados y apilados o haciendo tetris hasta completar todo hueco de la caja, pero a cambio esta será más manejable y además los libros estarán en la posición que deben tener para conservarse mejor. Tampoco es recomendable que estén muy apretados, es mejor que tengan un poquito de espacio libre entre si para que no tengan presión por ningún lado y circule el aire.

Así no
Así si











Una protección extra: plástico

Aunque no es imprescindible, y también tiene sus detractores, otra opción para proteger tus libros es envolverlos en plástico. Ya sea haciéndolo con bolsas normales de la compra, fundas como las de cómic o, como ha sido mi caso, envolviéndolos en film de cocina, es una forma rápida y sencilla de asegurarte de que no se verán afectados por el polvo y la suciedad, además de poder prevenir en cierto grado que le afecte la humedad. No obstante, en caso de que ésta acceda al interior se podría crear dentro del plástico un microclima favorable a la proliferación de hongos. No es algo de lo que esté del todo convencido, la verdad.

Rotula las cajas

Esto es de primer curso de ordenación de trasteros: rotula las cajas para saber qué contienen. Incluso, si puedes, ve un paso más allá de escribir LIBROS en el lateral: haz una lista de los títulos contenidos en cada caja y pégala en el lado que quede a la vista. O numéralas y crea una pequeña base de datos en tu ordenador para saber qué libro está guardado en qué caja. Para mi tiene una importante razón de ser y es que, si no veo las cosas, para mi dejan de existir. Una vez que bajan al trastero dejas de ver esos libros cada día y te olvidas de que los tienes. Con una lista a mano puedes consultar si tienes ése libro que apenas recuerdas y además dónde está, evitando así tener que abrir cuatro cajas diferentes hasta dar con él.

No dejes las cajas en el suelo

El hormigón puede acumular humedad que puede atravesar el cartón de la caja y llegar hasta su contenido. Si no tenéis estanterías, ni ganas de ponerlas, podéis haceros con un palet de madera sobre el que colocar las cajas. De esta forma crearéis un espacio entre estas y el suelo por el que puede transitar el aire. Pero repito que las estanterías son la mejor opción porque así, además, no se tienen que apilar las cajas. Si lo hacéis, tratad de no no superar los 1'70 o 1'80 metros para poder acceder bien a todas y que el peso no aplaste a la desafortunada que sirve de base.

Y estos han sido los consejos del bibliotecario para el día de hoy :)

1 comentario: