Está claro que la realidad tiene una capacidad para generar noticias con potencial para la inspiración con una velocidad radicalmente superior a la que mía para redactar las entradas correspondientes, porque ya tengo cuatro borradores para la sección de Hemeroteca de Una Biblioteca Rolera. De modo que voy a tratar de darle salida por lo menos a una de ellas esta semana.
Cada vez que la humanidad es golpeada por un acontecimiento de extrema gravedad e impacto surgen informaciones acerca de supuestas advertencias o coincidencias que podrían habernos puesto sobre aviso. En la historia reciente tenemos cosas como los atentados del 11-S y 11-M, el tsunami de Indonesia, el accidente nuclear de Fukushima... de modo que, ante el estallido de lo que podría ser una pandemia del coronavirus originado en China, no debería ser sorprendente que también ocurriera otro tanto.
El año 1981 se publica en Estados Unidos la novela The Eyes of Darkness, del escritor de novelas de suspense y terror Dean Koontz, bajo el pseudónimo de Leigh Nichols. En ella se narra la historia de una madre que, un año después de la extraña muerte de su hijo y todos sus compañeros durante un campamento de verano, comienza a investigar si éste sigue vivo tras recibir numerosas advertencias de que podría estarlo por varios e inquietantes medios.